QUÉ DEBO LLEVAR CONMIGO EN UN BARCO DE VELA LIGERA
El chaleco salvavidas es la base de la seguridad en la vela ligera, deberíamos tenerlo puesto antes de poner el pie en el barco. Recordar que en Europa deben estar homologados y ser adecuados al peso del tripulante.
El hecho de saber nadar no es garantía de seguridad ya que cualquier golpe, engancharnos con algo o la propia dificultad de estar en el agua con ropa mojada puede impedir mantenernos a flote.
Cabo para remolque, siempre preparado para ser lanzado, amarrado en la parte adecuada del barco (normalmente el palo) y preferiblemente que flote para facilitar la maniobra.
Un remo o pagaya (más cómoda para remar con una sola mano) para no quedarnos tirados si nos falla el viento y/o maniobrar en la entrada a puerto de una manera más sencilla.
Aunque muchos de los barcos cuenten con achicadores automáticos (venturi o lengüetas en popa) pueden no ser efectivos con poco viento o simplemente fallar. Por tanto resulta de gran utilidad contar con un achicador para vaciar el agua del fondo del barco. También puede ser muy útil una esponja grande para llevar a cabo el mismo cometido o una botella cortada por la mitad.
Silbato, para llamar la atención y alertar a los barcos que tenemos alrededor o gente que nos pueda escuchar desde la costa de que algo va mal. Puede parecer una tontería y un objeto trivial, pero es un elemento realmente útil.
Una de las características principales de los barcos de vela ligera es la “facilidad” de vuelco, así como la necesidad de estar cómodo para poder realizar las maniobras con agilidad y velocidad, siendo importante contar con ropa adecuada. Básicamente desde aquí os recomendamos trajes de neopreno (largos, cortos y con distintos milimetrajes en función de las condiciones climatológicas),y trajes semisecos o secos.
Lo acompañaremos de un calzado adecuado, fijándonos en la adherencia de la suela y buscando mantener los pies calientes (ya que es una de las zonas en las que antes notamos el frío). Las botas de neopreno nos dan ademas ligereza y flexibilidad siendo idóneas para estas embarcaciones.
El sol es de los grandes enemigos silenciosos. Al estar en el mar con la brisa del viento no tenemos la sensación de picazón como el que notamos en la toalla en la playa, ademas con el reflejo en el mar se potencian los rayos del sol, pudiendo producir una incomoda quemada con todo lo que ello implica.
Por tanto una buena crema solar se convertirá en imprescindible tanto en verano como invierno y sí, siempre de factores altos (personalmente los uso de factor 50).
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